Se apellida Piccard, es calvo, piloto experimentado, y aunque no nació en Francia, si lo hizo en el cantón suizo de Vaud, que prácticamente queda a un tiro de piedra. No es de extrañar por tanto que el protagonista de esta noticia estuviera destinado a algo grande, aunque en este caso sus aventuras no lo llevarán donde ningún hombre ha llegado jamás, sino simplemente a los cielos. Pero ojo, únicamente con la energía del Sol.
El Solar Impulse HB-SIB, que el nombre con el que ha decidido bautizar Bertrand Piccard a su proyecto de avión limpio, sigue en ruta para levantar el vuelo y dar la vuelta al mundo en 2012. Una hazaña que no sólo le introduciría en el libro de los Guinness, sino que además serviría para demostrar el potencial de la energía solar. El aeroplano en cuestión tiene cuatro hélices eléctricas, 12.000 células fotovoltaicas, "la envergadura de un Airbus, y el peso de un automóvil". Ya se encuentra realizando pruebas de rodaje en pista, y debería acariciar las nubes por primear vez el año que viene.
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