Unos ingenieros en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) han creado con éxito un sofisticado y económico método para convertir el vidrio ordinario en un concentrador solar de tecnología avanzada.
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La tecnología se vale del vidrio de ventanas, al que se le aplica un recubrimiento a modo de pintura o barniz, que recoge y encauza los fotones que se perderían si esa superficie fuese un panel solar convencional. Además, podría permitir en el futuro que un edificio de oficinas obtuviera energía mediante sus ventanas tintadas, además de mediante su tejado.
Esta tecnología puede resultar muy práctica para reducir el costo de la energía solar.
Marc Baldo, Michael Currie, Jon Mapel, Timothy Heidel y Shalom Goffri recubrieron paneles de vidrio con capas de dos o más tintes captadores de luz. Los tintes absorbieron la luz entrante y reemitieron la energía hacia dentro del vidrio, que sirvió para conducir la luz hacia las células solares a lo largo de los bordes de los paneles. Los tintes pueden variar desde los que muestran colores luminosos hasta compuestos químicos que resultan muy transparentes a la luz visible.
Como los bordes de los paneles son tan delgados, se necesita mucho menos material semiconductor para recolectar la energía luminosa y convertirla en electricidad.
Las células solares generan como mínimo diez veces más potencia cuando se unen a este concentrador.
Debido a que los materiales usados son baratos, relativamente fáciles de introducir a escala industrial, y fáciles de agregar a los paneles solares existentes, los investigadores opinan que la tecnología podría estar disponible comercialmente en el plazo de tres años.
Durante este periodo, la tecnología será perfeccionada para crear un dispositivo que durará el periodo de 20 a 30 años necesario para un producto comercial de esta clase.
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